Descripción
Composición a base de óxidos de hierro y arcillas unidos con goma arábiga y aglomerantes de origen natural, traza en el papel un signo de color característico rojizo similar a la sangre. Se utiliza en dibujo artístico para la realización de obras y bocetos. La calidad se basa en la concentración del pigmento y el perfecto equilibro entre este y el aglomerante: permite una dosificación del trazo que, de fino y limpio, se transforma en intenso y rico. El tono medio, luminoso, no anaranjado, retoma el color utilizado por Leonardo y Miguel Ángel. El pigmento, finamente triturado, se difumina perfectamente y penetra en las fibras del papel de forma uniforme y homogénea partiendo del tono pleno, oscuro y saturado hasta llegar a una sombra rojiza ligera y transparente. Fácil en la técnica del plumeado, se elimina bien con borrador moldeable, se afila con cuchilla, como todos los instrumentos secos para Bellas Artes, acentuando la punta, si es necesario, con papel de lija. Los trabajos requieren fijación final.